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Pacto Pedagógico

Texto del pacto pedagógico que firman los jóvenes al ingresar a la Escuela.

La Escuela te propone participar de una experiencia diferente. No exige a sus miembros ninguna creencia religiosa o política en particular pero sí pone como requisito indispensable conocer y adherir a ciertos valores y pautas de conducta, que son esenciales para realizar la experiencia que nos proponemos. La adhesión libre y voluntaria de cada miembro y de cada grupo, se expresa en la firma de un pacto de compromiso con los siguientes principios:

• La norma principal para todos los miembros (alumnos, docentes y tutores) es un imperativo ético común a casi todas las religiones y culturas: la “Regla de oro”.

“Hacer a los otros lo que le gustaría que le hagan a uno.
No hacer a los otros lo que no nos gustaría que nos hagan.”

Este imperativo ético, en nuestro caso particular, se funda en la firme convicción de que todos los hombres somos hermanos. Es esta "fraternidad", entendida como unidad en la diversidad, la que determina nuestro modo de ver a los otros y de actuar con los otros.

• En la Escuela no hablamos de clases ni de grupos, sino de comunidades de aprendizaje. Estas comunidades no existen de antemano ni independientemente del aporte de cada uno de sus miembros. Se construyen y reconstruyen a cada momento, en la medida en que sus miembros se relacionan guiados por la Regla de Oro, en el espíritu de fraternidad.

• Crear comunidad implica dejar de lado el individualismo y abrirse a una experiencia de aprendizaje colaborativo. La heterogeneidad se asume como una riqueza y la cooperación hace posible un aprendizaje de grupo, que es mayor que la suma de lo que cada uno puede aprender trabajando solo. Esto implica entre otras cosas no aprender para satisfacer los propios intereses únicamente sino ponerse al servicio del aprendizaje del grupo, aportando los propios conocimientos, capacidades e inquietudes, y siendo capaz de enriquecerse de los demás.

• Aprender en comunidad requiere estar dispuesto a hacer una profunda experiencia de diálogo. Para ello es necesario:
• Aceptar, respetar y valorar la dignidad del otro en cuanto otro, es decir distinto de uno mismo.
• Creer que el verdadero diálogo no consiste en una influencia unidireccional. Por el contrario se da cuando las dos partes se vuelven disponibles, de modo de poder enriquecerse mutuamente.
• Interesarse tanto por ser escuchado como por escuchar. Por expresar la propia opinión como por comprender la de los demás.
• Comprometerse con la verdad.


La regla de oro en este sentido significa:

Escuchar, esforzarse por comprender profundamente la postura, teoría o acción del otro. Buscar y resaltar lo positivo. Expresar las críticas o discrepancias como un aporte constructivo, evitando todo tipo de descalificación, ironía o burla. Opinar con la humildad del que sabe que siempre tiene algo que aprender.

• Sabemos que la propuesta es exigente y no está exenta de dificultades. Por eso proponemos a todos los miembros de la Escuela realizar, cada vez que nos encontramos, un ejercicio que nos libera de todos los prejuicios, preconceptos y experiencias negativas que pueden condicionar nuestras relaciones. Esto es mirarnos con ojos nuevos: olvidar lo pasado y mirarnos como si fuera por primera vez, dándonos la posibilidad, a nosotros mismos y a los demás, de recrear nuestro modo de pensar y relacionarnos, de empezar de nuevo, de ser libres y capaces de cambiar.

• Participar de la Escuela implica también compromisos básicos para asegurar su funcionamiento: asistir con regularidad, tener una participación activa en las reuniones de grupo, seguir el cronograma del estudio individual, etc. Entre estas cosas es importante el compromiso para el pago de la cuota en tiempo y forma, ya que la viabilidad de cada grupo depende de este aporte. En caso de no poder cumplir con cualquiera de estas pautas, es preciso plantear la dificultad al grupo o al tutor a fin de encontrar juntos una alternativa.

Ingresar a la escuela implica aceptar y comprometerse a poner en práctica estos acuerdos básicos. Para manifestar individualmente y como grupo este compromiso, en la primera reunión de cada grupo local se firmará este pacto y se usará como marco de referencia para guiar el funcionamiento del grupo a fin de que pueda constituirse en verdadera comunidad.

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